Diócesis de Arecibo| Obispo de Arecibo llama a católicos a tomar su cruz a imagen de Cristo

Obispo de AreciboMonseñor Daniel Fernández Torres
Obispo de Arecibo
Monseñor Daniel Fernández Torres

El Obispo de Arecibo, Monseñor Daniel Fernández Torres, llamó a los católicos a seguir el ejemplo de Cristo, poniendo especial énfasis en aquéllos dedicados al servicio público.

 «En este mundo que pretende relegar la fe al ámbito privado y desterrar las raíces cristianas de nuestra cultura, los políticos católicos están llamados a la coherencia de vida, reflejando a Cristo en todas sus acciones», expresó.

 Al respecto, amplió que la historia está llena de ejemplos de personas que supieron vivir la integridad en la actuación política, por lo que enfatizó que sí es posible. Entre ellos, mencionó a Santo Tomás Moro, quien dio su vida por defender la verdad sobre el matrimonio y la familia.

 En esa línea, objetó que personas que se identifican como católicos sean capaces de tomar posturas contrarias a la fe y a la ley natural inscrita en el ser humano. Entre ellas, citó la defensa que algunos líderes de las tres ramas de gobierno han hecho de la adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo.

«No podemos decir que amamos a Cristo, mientras nos lavamos las manos como Pilato ante los intentos de arrebatar a los niños de Puerto Rico el derecho natural a tener un padre y una madre. No podemos decir que amamos a Cristo, mientras atentamos contra la estructura natural de la familia, que tanto Él defendió por haber sido querida por el Creador ‘desde el principio'», reiteró.

Acto seguido, recordó que ya las leyes están permitiendo la injusticia contra los más pequeñitos del Reino de los Cielos, al permitir que se les pueda negar el derecho natural fundamental a tener un padre y una madre con la compra-venta de óvulos y espermatozoides de manera anónima para los tratamientos de procreación asistida. Al respecto, recordó que la ciencia es un medio al servicio del ser humano, pero nunca un fin en sí mismo, por lo que el Estado debe garantizar los derechos de los niños, quienes nunca deben ser considerados como objetos que se adquieren con una transacción comercial.

«Cuando se permite que el futuro de un menor sea decidido por un contrato económico y permanecemos pasivos mientras le son arrebatados sus derechos, estamos siendo partícipes de la crucifixión de Jesús. Hoy les invito a, como el Cirineo, no avergonzarnos de Jesús, sino a estar dispuestos a cargar su cruz para transformar el mundo según los valores del Reino», concluyó.

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